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El texto narrativo cotidiano

Son varios los textos narrativos que producimos en nuestra vida diaria, tanto orales como escritos, pero entre todos ello hay dos que quizá sean los más utilizados entre nosotros a la hora de relacionarnos y comunicarnos con los demás. Son el relato de una anécdota y la redacción de un correo electrónico.

La anécdota

Una anécdota es un relato de poca extensión sobre algún acontecimiento curioso o divertido; se emplea sobre todo en conversaciones, aunque también puede adoptar la forma de un texto escrito. Normalmente está basada en hechos reales, que tienen lugar en ambientes también reales. Los protagonistas de este tipo de narraciones suelen tener una participación directa o indirecta sobre lo que se cuenta.

Toda anécdota presenta una serie de rasgos comunes:
Brevedad: la concisión es otro de sus rasgos. Una anécdota demasiado extensa puede hacer perder la atención de quien la escucha. Es fundamental centrarse en los hechos relevantes, con apenas descripciones, o en caso de haberlas, como las referentes al lugar en el que suceden, deben ser ligeras pinceladas muy concisas, pero suficientes para contextualizar la situación.
Expresividad: tanto si se trata de una producción oral o escrita, en una anécdota predominan las funciones expresiva y apelativa, con llamadas de atención a nuestro interlocutor, como: “¿No sabes lo que me ha pasado hoy?”, “¿Te acuerdas de…?”; y, en especial en la lengua oral, también la función fática para garantizar la buena comunicación: “¿Entiendes?”; “¿Vale?” “¿Eh?”
Un suceso curioso: el hecho que se narra debe ser algo curioso que se escape de lo común o cotidiano. También puede ser un relato cómico, divertido, lleno de humor que provoque la risa de nuestros interlocutores.
Orden cronológico: los acontecimientos relatados en la anécdota siguen un orden temporal lineal: las acciones se suceden en la medida que van ocurriendo de acuerdo con el esquema básico de planteamiento, nudo y desenlace.
Un hecho pasado: las anécdotas se refieren a acontecimientos pasados, por lo que el tiempo verbal que se emplea es frecuentemente el pretérito simple de indicativo: ”entré”, “salí”, “recorrí”. A veces, puede aparecer el pretérito perfecto compuesto: “Hoy he entrado”; “Esta mañana he salido”; “Esta semana he recorrido”, cuando se trata de un suceso reciente, muy próximo al momento en el que se cuenta la anécdota, de ahí que vaya acompañado de expresiones temporales que refuerzan esa proximidad: hoy; esta mañana; esta semana.

La cuentista cubana, "Coralia Rodríguez" por Abril Cabrera A. / Secretaría de Cultura tiene licencia CC BY-SA 2.0

Contar y escribir anécdotas

Cuando escribes o cuentas una anécdota, debes tener en cuenta una serie de pautas para que el texto sea adecuado, es decir, para que cuente con las propiedades textuales de coherencia y cohesión.

 Comienza la anécdota con expresiones temporales que orienten al receptor en un marco temporal: “un día”; “el otro día”; “hace unos años”; “una noche”… Después, a lo largo del desarrollo del relato, también debes introducir otras expresiones que marquen la linealidad temporal de los acontecimientos: “luego”; “después”; “a continuación”, “tras un instante”,…
Recuerda que lo que cuentas debe resultar verosímil y que debes emplear un punto de vista narrativo: puedes utilizar la 1ª persona en las formas verbales (“Cuando llegué y lo vi…”), si lo que cuentas, te ha ocurrido a ti; o la 3ª persona, si lo que relatas, le ha ocurrido a otro (“Cuando llegó y lo vio...”). También puedes combinar la 1ª y 3ª personas cuando tú eres el protagonista, pero además participan más personas.
Procura emplear verbos de acción y movimiento para dar la sensación de que los hechos transcurren rápidamente (Llegué, vi y vencí); no te pares en detalles ni en descripciones minuciosas que puedan hacer perder el interés por lo que cuentas.
Haz una breve referencia al espacio en el que ocurren los hechos que permita a tu interlocutor “situarse”. Puedes utilizar expresiones del tipo: “a la derecha”; “desde aquel lugar”; “allí”; “al otro lado”.

  • Distribuye lo ocurrido en tres apartados de acuerdo con la estructura siguiente.

   

1º - PLANTEAMIENTO

Este primer apartado debe responder a las siguientes preguntas y tiene como función contextualizar lo ocurrido:

¿Cuándo ocurrió?

¿A quién le ocurrió?

¿Dónde ocurrió?

¿Cuál era la situación inicial?

 

2º - NUDO

En este segundo apartado se desarrollan los acontecimientos. Debe responder a las siguientes preguntas:

¿Qué sucedió?

¿Qué ocurrió luego?

 

3º - DESENLACE

Este último apartado funciona como cierre de nuestro relato de lo sucedido. Debe responder a las siguientes preguntas:

¿En qué quedó todo?

¿Qué consecuencias tuvo?

El texto narrativo por Manuela Aparicio Sanz tiene licencia CC BY-NC-SA 4.0.


Práctica interactiva


Adaptada de: 

Guillermo Diamante Colado y Laura Morales López, Análisis y comprensión de textos, CC BY-NC-SA. 


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