¿Cuáles fueron los momentos más importantes para mí? Es muy difícil decidir. Bueno, mi niñez no fue muy interesante. Nací en Chicago. Mi padre era mexicano de origen, pero consiguió la ciudadanía norteamericana en 1980.  Mi madre era puertorriqueña así que ya era ciudadana de los Estados Unidos. Me mudé a Andover, un pueblo pequeño en Nueva Jersey, a los siete años porque mi papá aceptó un trabajo allí y mi mamá tenía familia cerca. Típicamente moverse es un evento importante, pero para mí no lo fue. Me encantó la casa nueva, e hice muchas amistades rápidamente en mi nueva vecindad. Viví allí hasta los diecisiete años. 

A los diecisiete años, me mudé otra vez porque empecé a estudiar en la Universidad de Gettysburg en Pensilvania. Yo era muy joven, y entonces no pasé mucho tiempo con mis compañeros de clase. Ellos salían a los bares y los clubes, ¡pero yo jamás pude ir! Pero bueno, la verdad es que nunca me molestó eso; no me daba pena. Era muy introvertida, y me gustaba estar sola. Además, mi papá era alcohólico.  Viéndolo borracho nunca me agradó y jamás quería beber alcohol. 

Cuando tenía diecinueve años, conseguí mi primer trabajo verdadero. (Trabajaba para mis papás en su restaurante cuando era niña, pero eso no cuenta.) Pasé nueve meses como ayudante en una clase de inglés. Durante ese tiempo, conocí a mi futuro esposo. ¡Supongo que eso es un momento importante! Tuve un accidente en mi coche — ¡no fue mi culpa!— y conocí a mi futuro esposo en el hospital. Me prestó su teléfono para llamar a mi abuelo. Para mi cumpleaños ese año, me dio un perro blanco y negro. Cuando me gradué de la universidad, empecé a trabajar como maestra de inglés. 

Mi marido y yo nos casamos en 2000. No fue una ceremonia grande; solo estuvimos allí nosotros, el juez y dos testigos. Nuestra hija nació en 2003. Dos años después, nació nuestro hijo. Ese año también compramos una casa. Fue una época de muchos cambios, mucho estrés y muchos recuerdos queridos.